Operaciones técnicas en materia de agua, saneamiento e higiene: Suministro y tratamiento del agua
Alcance y aplicación
Objetivo de la intervención: Garantizar el derecho humano al agua para todas las personas sin discriminación, asegurando un abastecimiento de agua suficiente, seguro, aceptable, físicamente accesible y asequible para uso personal y doméstico.
Selección y extracción de fuentes de agua
Las fuentes de agua pueden ser el agua de lluvia, las aguas subterráneas o superficiales (ríos, manantiales), el agua transportada en camiones cisterna o embotellada y, en algunos casos, la reutilización de aguas grises (consulte la sección relativa a la gestión de aguas residuales de la página “Operaciones técnicas en materia de agua, saneamiento e higiene: Saneamiento”). La selección de una fuente de agua debe basarse en la opción más factible, teniendo en cuenta la distancia a la fuente, la calidad del agua y las necesidades de la población, así como las horas punta de uso, los caudales y las necesidades de agua de usuarios específicos. La fuente de agua debe protegerse en la medida de lo posible para evitar su contaminación y así reducir las necesidades de tratamiento a lo largo de la cadena de suministro de agua.
El análisis del contexto (véase el apartado relativo al análisis del contexto de la página “Programas en materia de agua, saneamiento e higiene”) (incluidas la colaboración con la comunidad local y las encuestas sobre salud) aportará información para la selección de la fuente de agua y posibilitará una evaluación de riesgos donde se consideren los recursos hídricos y los medios de vida a más largo plazo. Por ejemplo, deberían realizarse estudios hidrológicos e hidrogeológicos tempranos para conocer los distintos recursos hídricos y su situación en diversas condiciones y estaciones. Además, el análisis del contexto puede proporcionar información sociocultural adicional relevante para la selección de la fuente de agua.
Distribución del agua
El agua puede transportarse mediante sistemas de tuberías por gravedad o de bombeo o en camiones cisterna. Siempre que sea factible, deben utilizarse sistemas de abastecimiento por gravedad debido a sus requisitos de funcionamiento y mantenimiento comparativamente mínimos y, por tanto, a su sostenibilidad. Tanto las redes de tuberías por gravedad como de bombeo deben planificarse cuidadosamente para tener en cuenta la opción de menor consumo de energía posible, las cantidades de agua necesarias y los puntos de distribución, los tipos de tuberías, así como la reducción del riesgo de desastres (por ejemplo, para las zonas propensas a los corrimientos de tierra). El transporte de agua en camiones cisterna, aunque no pueda evitarse en algunos casos, debe limitarse en la medida de lo posible y considerarse siempre como una medida temporal, debido a la complejidad de su gestión, las emisiones de gases de efecto invernadero (como se comenta en la sección relativa a la integración de consideraciones relativas al cambio climático y el medio ambiente en los programas de agua, saneamiento e higiene de la página “Temas transversales en el ámbito del agua, saneamiento e higiene”) y el riesgo de corrupción.
Tratamiento del agua
Durante la primera fase de una emergencia —si no se han realizado pruebas previas— debe procederse al tratamiento de todas las fuentes de agua en la medida de lo posible, aunque también debe darse prioridad a contar con una cantidad suficiente de agua, por encima de su calidad, cuando no sea posible satisfacer tanto las necesidades de suministro como las de tratamiento. La cantidad de agua suministrada debe estar en consonancia con las normas Esfera, las normas nacionales o las acordadas por el sector/grupo temático sobre agua, saneamiento e higiene para la respuesta. Para la calidad del agua se debe tratar de cumplir lo dispuesto en las Guías de la OMS para la calidad del agua de consumo humano o en las directrices nacionales o del sector/grupo temático sobre agua, saneamiento e higiene, si estas últimas son más estrictas. En los puntos de abastecimiento de agua potable se debe efectuar un control sistemático de los parámetros de calidad del agua para evaluar si hay contaminación, lo que permitirá modificar el proceso de tratamiento para solucionar cualquier problema. El tratamiento puede incluir una amplia variedad de tecnologías según el contexto, cada una con sus ventajas y desafíos.
Almacenamiento y suministro de agua
El agua se debe poner a disposición para todos sus usos, por ejemplo, para beber, cocinar y lavarse las manos, en lugares como puntos de abastecimiento y centros de suministro, mediante conexiones domésticas y la recogida y el almacenamiento por parte de los usuarios, así como en grandes tanques de almacenamiento comunales. Cuando sea pertinente, debe ponerse agua a disposición del ganado (por ejemplo, abrevaderos para animales a partir del agua derramada en los puntos de abastecimiento). Se debe proporcionar a los usuarios recipientes limpios para la recogida de agua en caso necesario (véase la sección relativa a la gestión de artículos no alimentarios de agua, saneamiento e higiene de la página las “Operaciones técnicas en materia de agua, saneamiento e higiene: Drenaje, control de vectores, gestión de artículos no alimentarios de agua, saneamiento e higiene”) para evitar la contaminación a lo largo de la cadena de suministro de agua.
Media
Contactos
El equipo mundial de apoyo en materia de agua, saneamiento e higiene de la OIM brinda apoyo a las oficinas en países de diversas maneras previstas en sus mecanismos, por ejemplo, mediante apoyo de refuerzo en casos de emergencia, apoyo a distancia y/o apoyo con fines de seguimiento, evaluación y enseñanza.
Puede ponerse en contacto con el equipo mundial de apoyo en materia de agua, saneamiento e higiene para obtener información adicional u orientaciones específicas escribiendo a washsupport@iom.int.